¿Por qué revisar tu coche después del verano?
El coche es el medio de transporte preferido por los españoles para moverse en los meses de verano, siendo el número de desplazamientos en esta época de casi 90 millones. Por eso, tanto si has estado de vacaciones como si te has quedado en casa este verano, lo más probable es que hayas usado el coche con más frecuencia de lo que lo haces normalmente. Por ejemplo, para hacer algunas escapadas de fin de semana.
Así pues, hay que recordar la importancia de hacer una revisión del coche antes de efectuar cualquier desplazamiento, de modo que evitemos riegos y nuestros desplazamientos por carretera sean más seguros. Pero igual que es importante revisarlo antes, también lo es hacerlo después de las vacaciones. Hay que tener en cuenta que los viajes por carretera suponen un gran desgaste y sobreesfuerzo para nuestro vehículo, sobre todo si recorremos muchos kilómetros y si vamos cargados de maletas.
Sin olvidar aquellos elementos que podemos encontrarnos en las vías de servicio, llenas de barro, matorrales, suciedad y baches. Desde los golpes en los neumáticos con los baches a la obstrucción del aire acondicionado por la suciedad del ambiente, si sabes que tu coche ha estado en contacto con estos elementos, lo más recomendable es que lo lleves a revisión cuando vuelvas de las vacaciones.
Revisar el coche después del verano nos dará la tranquilidad necesaria de tenerlo a punto cuando lo necesitemos, antes de que el invierno nos pille desprevenidos. Pero además, si nuestro coche tiene algún fallo y lo vamos dejando pasar, lo más probable es que termine desembocando en una avería mucho más compleja y, por tanto, más costosa.
¿Cuáles son los elementos del coche que debes revisar después del verano?
Neumáticos
Los neumáticos son el único elemento de nuestro vehículo que se encuentra en contacto directo con el suelo, conectando el chasis del coche con la carretera. Los acelerones, los frenazos, las elevadas temperaturas, la cantidad de kilómetros recorrida y los golpes con algún que otro bordillo pueden perjudicar al estado de nuestros neumáticos. Por eso, nunca está de más revisar las ruedas después del verano.
Frenos
Si has notado que tus frenos no responden igual que antes, es mejor que lleves tu coche al taller cuanto antes. Con las lluvias y las heladas, la distancia de frenado aumenta, por lo que hay más probabilidades de sufrir un accidente. Tener los frenos en perfectas condiciones nos dará la seguridad necesaria durante los meses más fríos.
Motor
A menos que levantemos el capó, no podemos saber si hay algún elemento que necesite atención. Es recomendable hacer una comprobación general, desde los líquidos a la correa de distribución, pasando por las piezas pequeñas. De esta forma, estarás tranquilo de que todo está a punto.
Luces
Aunque en verano solemos usarlas menos, en otoño y en invierno su uso aumenta debido a la menos cantidad de horas de luz que hay a lo largo del día. Pero además, la niebla y las lluvias empiezan a hacer acto de presencia. Las luces pueden estropearse por muchas causas, por lo que es importante asegurarse de que funcionan correctamente para garantizar nuestra seguridad al volante.
Maletero
Aunque no siempre le prestamos la atención necesaria, lo cierto es que es uno de los elementos fundamentales a la hora de ahorrar en gasolina. Todo el peso que lleves de más hará que tu vehículo consuma más combustible de lo habitual. Pero también es importante que revises que todo el equipaje que has colocado en él no haya causado daños.